jueves, 8 de noviembre de 2012

ENTRENAMIENTO EN ETAPAS DE FORMACIÓN




Cuando hablamos de formación, lo primero que hay que tener en cuenta es que el objetivo principal de nuestros entrenamientos es hacer crecer al jugador, lograr que el niño evolucione futbolísticamente. Esta progresión será el objetivo principal de toda la etapa de formación de cualquier jugador, por encima de los resultados que se obtengan a nivel competitivo, los cuales no hay que olvidar debido a que la competición es un pilar fundamental del aprendizaje. 

El objetivo no es aprobar, es aprender. Si el jugador aprende, estaremos cada día más cerca de los buenos resultados.


 ¿Cómo ha de ser esta evolución?

Nuestro objetivo principal es formar jugadores inteligentes, jugadores que sepan comprender el juego, y que por supuesto, dominen al máximo todos los principios tácticos que requiera la o las posiciones a las que vayamos a orientar su futuro. Jugadores, en definitiva, que cuando salgan de juveniles tengan un nivel óptimo en todas sus estructuras: emocionales, socioafectivas, condicionales, técnicas, tácticas…
En este proceso de enseñanza-aprendizaje lo más importante es hacer que el jugador se sienta parte principal de dicho proceso. El jugador no es una herramienta con la cual vamos a intentar conseguir resultados en forma de victorias, el jugador es un niño al que debemos enseñar a jugar a fútbol, que debe comprender qué está haciendo, qué se le está pidiendo y, sobretodo, porqué?

Debemos crear jugadores capaces de pensar, de decidir, de elegir la mejor opción en cada momento del juego. No podemos crear jugadores que solo respondan a nuestras indicaciones, jugadores robot que automaticen todo lo que el entrenador quiere y que lleguen al punto de necesitar que el entrenador le indique en cada momento del partido qué tiene que hacer, a quién se la tiene que dar o qué decisión ha de tomar.



¿Cómo lograremos esto?

Es un error común en entrenadores de fútbol base el querer automatizar prácticamente todas las fases del juego y, especialmente, las fases del juego ofensivas, donde tenemos el balón.

Son muchos los entrenadores que automatizan salidas desde atrás mediante movimientos predefinidos y son más aún los que lo hacen automatizando jugadas de finalización, que en los partidos pocas veces salen como las habíamos entrenado. Esto para mí es un error.

Es un error por varios motivos, el primero es que nos olvidamos de dos fases esenciales del juego: la transición defensa-ataque y la transición ataque-defensa. Estos dos momentos del juego son los más importantes y, por desgracia, son los que más se suelen dejar de lado.

Cualquier jugada de ataque viene predecida de una recuperación de balón, bien porque el equipo rival haya finalizado la jugada sin éxito o porque nuestro equipo haya recuperado el balón. En el primer caso nuestro ataque se inicia desde balón parado o en manos del portero, lo cual nos permite colocarnos para iniciar el ataque como habíamos imaginado en nuestros automatismos, aunque se nos olvida pensar que el rival también va a tener tiempo de colocarse, y muy probablemente no lo haga como nosotros imaginábamos, y si lo hace, quizá no actúe como esperábamos, e incluso, en caso de actuar de forma parecida a lo que nosotros imaginamos cuando entrenamos ese automatismo de salida desde atrás siempre habrá matices que modificarán las posibilidades de respuesta de nuestros jugadores. Qué pasa cuando nuestro central recibe del portero y no puede dar el pase que le habíamos pedido porque esa línea de pase está tapada? Qué ocurre si nuestros mediocentro y laterales se encuentran cubiertos hombre a hombre y no son capaces de crear un espacio para recibir? Qué ocurre si lo que habíamos planeado no es posible de realizar? En este caso, al tener el balón el portero, aún tendremos suerte de poder golpear arriba y sacar al equipo, pero mi pregunta es: habíamos entrenado al jugador para que fuera capaz de decidir en cada situación? O le habíamos entrenado para ejecutar una o varias opciones predefinidas que finalmente no pudieron realizarse? 

Ese es el error, mecanizar y automatizar sin darle al jugador una formación rica en tomas de decisión, una formación basada en entrenamientos donde el jugador entrena esa toma de decisiones y cree en su interior una estructura cognitiva que lo haga capaz de aplicar lo aprendido en función de lo que va ocurriendo en el juego. Es decir, conseguir que el jugador obtenga un aprendizaje significativo.

Volviendo a las dos situaciones anteriores, en el segundo caso, si el balón lo hemos recuperado en juego y debemos iniciar una jugada de ataque, ya sea contraataque, juego directo o ataque combinativo con temporizaciones, en cualquier caso, nuestro equipo estará aún colocado en situación defensiva, con los laterales y extremos cerrados para defender, sin profundidad atrás ni adelante, y por tanto, con pocas opciones o ninguna, de llevar a cabo esos automatismos que habíamos entrenado para situaciones de ataque. Estamos en una situación de transición defensa-ataque y, por desgracia, no la hemos entrenado. Habíamos entrenado una jugada de finalización partiendo de mediocentros, de centrales o de laterales, colocados en la posición ideal para realizar una jugada de ataque, seguramente incluso ya en campo contrario, con todas las facilidades para llevar a cabo ese automatismo tan bonito que habíamos previsto en nuestra pizarra. Pero la realidad no era esa, la realidad era que habíamos recuperado un balón en campo propio, o en centro del campo rival, y no teníamos a nuestros jugadores colocados para iniciar una jugada de ataque, debíamos temporizar para adoptar esas posiciones y luego iniciar el ataque, en definitiva, nuestro jugador debía decidir ya, en ese preciso instante, en esa posición concreta, y os aseguro que si no habíamos entrenado esa situación de desorden táctico producida por el ataque rival difícilmente podremos ni si quiera intentar llevar a cabo esas jugadas predefinidas que habíamos entrenado.



¿Cómo creamos jugadores inteligentes?

Muchos estaréis pensando ahora que para ese tipo de situaciones ya hacéis las conservaciones, los juegos de posesión con comodines o sin ellos, donde se producen constantemente pérdidas y recuperaciones. Muy bien, pero lo hacéis de forma estructurada? Lo hacéis con direccionalidad de juego? Es decir, los jugadores están colocados en base a vuestro sistema de juego? Hay un lugar o meta a la que llegar y hacia la cual podamos orientar el ataque? O simplemente están los jugadores repartidos por el cuadrado de juego esperando mantener la posesión sin más?

Quien crea que con automatismos de salida de atrás, conservaciones y jugadas de finalización ya está entrenando todos los momentos del juego es que no se ha parado a analizar el juego con detenimiento. Las fases de transición ataque-defensa y defensa-ataque son los momentos más importantes del juego, son la base de cualquier modelo de juego y, por supuesto, deben ser la base principal del entrenamiento. Son el nexo entre el ataque del rival y el mío, entre mi ataque y el del rival, son el juego en plenitud, son las situaciones constantes que se dan en un partido, y por desgracia no las estamos entrenando, o al menos no de la forma idónea.



¿Cómo deberíamos entrenar entonces?

La metodología de trabajo en fútbol base depende mucho de la edad y categoría de tus jugadores. Las limitaciones técnicas son un factor determinante de las posibilidades que tendremos a la hora de orientar el entrenamiento de una forma u otra.

Es evidente que, desde los más pequeñitos de la escuela hasta los juveniles, la metodología de trabajo no será la misma, aunque deberíamos intentar siempre que tuviera muchos puntos en común. No voy a profundizar en el tipo de metodología que yo utilizaría en cada categoría, pero si que hablaré de los pilares básicos en los que ha de basarse el proceso de entrenamiento.

Tal y como hemos explicado en todo este documento, lo más importante del proceso de enseñanza-aprendizaje es que el jugador entienda el juego, que sea capaz de decidir en milésimas de segundo. Pero no debemos olvidar que sus capacidades técnicas determinarán en la mayoría de ocasiones el éxito o el fracaso de sus acciones. Es ahí, donde el jugador ha de ser también inteligente, ha de conocer sus capacidades y sus defectos, ha de saber cuáles son sus fortalezas y sus debilidades, para decidir en cada momento qué hacer y qué no intentar.

Un jugador con un nivel técnico limitado no debería intentar realizar conducciones largas ni pases complicados. Si es listo tomará una decisión basada en sus capacidades y no en sus propensiones. Debe saber lucir sus virtudes y disimular sus defectos, si lo logra en beneficio propio y del equipo será un gran jugador, un jugador inteligente, sin necesidad de ser un portento técnico ni de calidad.

Para que nuestros jugadores sepan actuar de esta forma no podemos inculcarles situaciones mecanizadas, memorizadas, automatizadas que deban llevar a cabo en ese momento del partido. Debe tener la libertad para poder decidir, la capacidad para decidir bien, y por supuesto, debe tener claras cuáles son sus opciones en ese momento, y eso es, en definitiva, lo que debería enseñarle el entrenador.

 El entrenamiento debe mostrarle al jugador todas las posibilidades que puede tener en cada momento del juego para que sea él el que decida cómo actuar. Ahí será donde entre la calidad del entrenamiento y del entrenador, en su capacidad de darle a cada ejercicio un amplio abanico de posibilidades abiertas, modificables e imprevisibles, que enriquezcan al jugador y lo hagan, en definitiva, más inteligente.

Esas opciones son la base de nuestro modelo de juego, es la esencia de nuestra idea como entrenadores, es el “qué queremos de nuestro equipo”, es el “cómo queremos que jueguen nuestros jugadores”, es sin duda alguna lo que marcará nuestro estilo de juego y nos definirá como entrenadores. Es en lo que debemos de trabajar cada día, para intentar mejorar nuestro juego y hacer que nuestros jugadores evolucionen individualmente y en colectivo, por encima de los resultados.

Para concluir aprovecho para mandar un mensaje:

“Ganar ligas jugando al pelotazo es como sacarse una carrera copiando, al final, lo único que te queda es el título”.

Formemos jugadores por encima de nuestro palmarés, somos formadores, entrenadores de fútbol base, es nuestra obligación no caer en el error de priorizar nuestros resultados sobre el aprendizaje de los niños y jóvenes, para eso ya está el rendimiento. Hagámosle un favor a nuestros chicos, enseñémosles a amar este juego.



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viernes, 24 de junio de 2011

Lo más importante es participar - L'equip petit

Recojo del diario ara.cat y de la página web Vimeo este documental titulado "L'equip petit" o "El equipo pequeño", que trata de un equipo de futbol de una escuela de Vilanova y la Geltrú, el Margatània CF. Son niños de 6 y 7 años, que no han ganado ningún partido durante toda la temporada. Han encajado 271 goles y sólo han marcado 1, pero para ellos lo más importante es participar.

"Quizás es porque jugamos contra niños de segundo, que son más grandes que nosotros", explican los niños. Toda una lección de deportividad, esfuerzo y juego en equipo pero, sobre todo, de cómo poner buena cara ante las adversidades.


Es un documental muy emotivo, donde vemos reflejados los principales valores que deben primar en las primeras etapas formativas. Etapa donde lo esencial es que los niños aprendan a jugar, no a ganar, que valoren sus aprendizajes y que éstos sean valorados por sus entrenadores y familias por encima de los resultados.

Algunos diréis que son muy pequeños, que su competición no es federada, o que no le queda otro remedio que tomárselo así dados sus resultados. Yo digo que independientemente de todo eso, ojalá los equipos de fútbol base de todos los clubes se tomaran con esta filosofía las competiciones. Es triste ver equipos alevines, infantiles e incluso cadetes jugando al balonazo, poniendo al más grande y fuerte de central, al "bueno" de medio centro y al "rápido" de delantero, siendo el juego colectivo un factor secundario en su modelo de juego, si es que se puede considerar modelo...




Es cierto que clubes como el FC Barcelona o el RCD Espanyol tienen dos vertientes, debido a la gran masa de jugadores de que disponen, una competitiva o federada (el fútbol base del club) y otra interna llamada también Escuela Formativa, que no compite en ninguna competición federada y que solo lo hace internamente o mediante amistosos contra otros equipos.

Os recomiendo mucho ver el documental, espero que os haga reflexionar y, en caso necesario, os haga cambiar algunos aspectos de vuestras exigencias en la categoría que entrenáis. Muchos ya estáis concienciados de este tema, otros todavía lo ven lejos, como algo que no les afecta, "que no es lo mismo" dirán ellos, o que "en su club les exigen ganar hasta con los prebenjamines". Recordad que son niños, que no son adultos en miniatura.

Para todos ellos dedico esta entrada.

Un saludo.

l'equip petit from el cangrejo on Vimeo.

miércoles, 22 de junio de 2011

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lunes, 20 de junio de 2011

Automatismos tácticos

Todo el mundo habla de trabajar tácticamente, y mi pregunta es, ¿lo hacemos bien?

En este artículo intentaré explicar y demostrar una forma de trabajar los automatismos tácticos. Tengo que agradecer la metodología al Curso de Nivel 2 de entrenadores que he realizado este año en la Federación Catalana de Fútbol.


No es necesario explicar conceptos básicos relacionados con la táctica, la mayoría de vosotros los conocéis de sobra. Lo que si creo necesario es explicar un poco los conceptos que utilizaré para explicar esta forma de trabajar la táctica.

Antes de empezar desmentimos ya el término automatismo como aquel trabajo que se suele realizar los viernes, donde sitúas a los jugadores en 3 o 4 posiciones diferentes y se limitan a realizar las acciones que previamente has establecido, marcándoles la dirección del pase y del movimiento con el único objetivo de lograr la finalización. Esto es un automatismo de finalización, únicamente, ya que no establecemos cómo debe llegar el balón hasta esa posición tan avanzada del campo, confiando que el domingo esa situación se dé por mera casualidad, porque un despeje en largo nos ha hecho llegar hasta ahí, o porque hemos robado en esa zona, o porque como "por arte de magia" nuestros jugadores han combinado y entrelazado una jugada desde el inicio como si estuviera ensayada y que nos ha llevado hasta esa posición.

Señores, esto es hacerle un flaco favor a nuestros jugadores y a nosotros mismos. Debemos utilizar el automatismo para salir desde atrás, para crear en la zona media y, por supuesto, para finalizar. Y, evidentemente, el automatismo no solo sirve para trabajar los viernes la "chispa" que necesitamos para el partido, la velocidad de juego en definitiva, y la finalización, el automatismo debe marcar las líneas generales de nuestro modelo de juego, debe estar diseñado por nosotros en base a nuestro sistema, a nuestro modelo de juego y a nuestros jugadores, y debe ser utilizado en función del rival y del tipo de terreno en el que vamos a disputar el partido. Un automatismo no sirve para todos los campos, contra todos los rivales y con todos los sistemas y modelos de juego.


Un automatismo es un encadenamiento de acciones colectivas entre diferentes jugadores de un equipo, tanto en posesión de balón (ofensivos) como en su intento de recuperación (defensivos).

Puede haber automatismos generales y parciales, entre los parciales identificamos los de línea delantera, los de medio campo y los de línea defensiva. Por lo general se suelen trabajar siguiendo esta división de líneas, aunque en el ejemplo que mostraremos trabajaremos desde el saque del portero hasta la finalización.

Las ventajas de trabajar los automatismos para inculcar unos conceptos de movimientos básicos a nuestros jugadores son muchas, entre las que podríamos destacar las siguientes:

- Mejor una idea que 11.
- El jugador sabe qué hacer con el balón y sus compañeros conocen estas opciones
- A groso modo, sería como si durante el juego aplicáramos jugadas de estrategia con el balón en juego, y no solo a balón parado como suele hacerse.

Para trabajar un automatismo debemos tener en cuenta muchas variables:

- El nivel técnico-táctico y cognitivo de los jugadores
- El tipo de rival al que nos enfrentamos
- Nuestro sistema de juego habitual

Respecto a la metodología de trabajo, necesitamos establecer primero unos conceptos que dividirán los ejercicios en 3 tipos:

- Ejercicios de mecanización
- Ejercicios de maduración
- Ejercicios de perfeccionamiento

Un ejercicio de mecanización es un ejercicio bastante analítico, sin toma de decisiones, y donde el entrenador es el que marca las acciones a realizar. Es el típico ejercicio donde colocamos a los jugadores en sus posiciones y simulamos la jugada paso a paso, marcando los movimientos sin balón y el recorrido del balón previamente a su ejecución, y parando el ejercicio después de cada intervención de un jugador. Con el fin de establecer no solo QUÉ movimientos y QUÉ acciones sino algo todavía más importante, el CUANDO.

El ejercicio de maduración es un ejercicio donde pretendemos se apliquen los movimientos básicos del automatismo que hemos trabajado o trabajaremos en el ejercicio de mecanización. Digo trabajaremos porque no es necesario anticipar uno al otro, esto es a elección del entrenador. El tipo de ejercicios que aplicaremos en esta clasificación serán ejercicios de conservación generalmente, que pueden tener direccionalidad o no, es decir, pueden ser conservaciones a las que yo llamo "en círculo", o conservaciones donde hay una zona de puntuación que no puede ser una portería real, sino que será 1 o varias más pequeñas y sin portero o simplemente una línea de meta que sobrepasar, o un espacio al que acceder con el balón controlado o recibirlo dentro.

Los ejercicios de perfeccionamiento serían la aplicación más real de los movimientos que forman el automatismo. La creación del espacio, su ocupación y su aprovechamiento. Son ejercicios, o en este caso mejor dicho juegos o partidos, donde simularemos ya una situación de partido real, en un campo mínimo de fútbol 7, con dos equipos que defienden una portería cada uno, y que atacan indefinidamente cuando roban el balón. Vamos, un partido real, pero con normas. Normas que inciten o premien a la realización de los movimientos que queremos se den en el automatismo. Por ejemplo, marcar un carril de banda donde debe realizarse el movimiento, o una zona cualquiera del campo donde queremos que se realice la creación, la ocupación y el aprovechamiento del espacio (C-O-A).

Cabe destacar que en los 3 tipos de ejercicios podremos trabajar cualquiera de los movimientos que aparecen en el automatismo, dando por hecho que en la zona de inicio del juego habrá algún movimiento de C-O-A, o no, al igual que se producirá otro distinto, o no, en la zona de creación de medio campo, y lo mismo con la zona de finalización.


La metodología de trabajo se basará en un trabajo dividido en secuencias parciales, lo que nos hará dividir el automatismo en sus 3 zonas: iniciación, creación y finalización.

Debiendo por tanto establecer un ejercicio de mecanización, otro de maduración y otro de perfeccionamiento para cada una de las mismas, excepto para la de finalización, donde nos ahorraremos la maduración. Esto será siempre y cuando queramos trabajar un automatismo que fluya por las 3 zonas, ya que si queremos establecer un automatismo solo de la zona de creación, o de salida de balón o de finalización también podemos hacerlo sin utilizar las otras zonas. Por ejemplo, establecer un automatismo para salir desde el saque de portero y llegar al medio campo, acabando ahí.

Otro aspecto a tener en cuenta es trabajar el automatismo por ambas bandas, y en caso de solo querer realizarlo por una de ellas que esto quede bien marcado para los jugadores.

Respecto a la oposición, en la fase de mecanización podremos ir aumentando la oposición, comenzando por un ejercicio sin oposición, e ir introduciendo contrarios progresivamente. O bien, ir aumentando su participación pasando de una oposición totalmente pasiva a una real progresivamente. Por esto es importante llegar a trabajar en ejercicios de perfeccionamiento, para intentar aplicar el automatismo contra defensas reales.

Es importante la velocidad de juego durante la fase de mecanización, simulando el ritmo de partido.

Por último, debemos concebir este tipo de entrenamiento como un entrenamiento que nos permite trabajar tanto a nivel técnico-táctico como a nivel condicional y cognitivo, dependiendo de la orientación que queramos darle modificando espacios, número de jugadores y duración.


En la próxima entrada os pondré nuestro ejemplo de trabajo en el curso, para que veáis cómo lo hemos llevado a cabo nosotros y para que déis vuestras opiniones. Así mismo, os invito a desde ya comentar este artículo y ofrecer cualquier opinión, crítica o ejemplo que queráis aportar. E id pensando cómo podéis aplicarlo a vuestros entrenos!


Y recuerda, CREAR, OCUPAR y APROVECHAR, es la clave!

Gracias por leerme, si comentáis ya sería la.....

Un saludo!

viernes, 13 de mayo de 2011

Preparación Física "Integrada"?

Todos hemos oído hablar del Entrenamiento Integrado, del Entrenamiento Global...del modo de trabajar aspectos técnicos, tácticos, psicológicos y afectivos conjuntamente con las capacidades condicionales.

 

entrenamiento integrado

Hace años se trabajaba la preparación física por separado, primero se formaban atletas y luego se les enseñaba a jugar al fútbol, o se hacía simultáneamente pero separando la sesión en 2 partes, la física y la técnico-táctica. Actualmente esto ya no se hace, ahora se intenta trabajar todo de forma más global, más interrelacionada, de forma más integrada, teniendo en cuenta los aspectos técnico-tácticos y físicos como algo a trabajar conjuntamente, indivisiblemente. En el futuro, y ya en algunos clubes punteros, se intenta ir más allá, se pretende incluir el estilo de juego, el sistema de juego, la filosofía del equipo...en cada uno de los ejercicios a trabajar. Respetando el sistema que vamos a utilizar en la competición a la hora de realizar todos los ejercicios del entrenamiento, desde el calentamiento a cualquier tarea.

mou

images

Esto es, a modo resumen, lo que empieza ya a llamarse: Entrenamiento Estructurado. Todo se hace en función del sistema táctico, todo ES táctica, todo ejercicio físico o técnico debe respetar las consignas tácticas del equipo. Uno de los principales  impulsores de esta metodología es José Mourinho. La periodización táctica es una forma de explicar su manera de trabajar, si leéis el libro de MC Sports quizá no acabéis de entenderlo muy bien, es bastante complejo, como el fútbol.

 

Una vez hecha la introducción voy al tema que a día de hoy me tiene más "mosqueado", nos empeñamos en trabajar todo de la forma más global posible, intentamos incluir en nuestros ejercicios factores de todo tipo (técnicos, tácticos, psicológicos...) pero luego, paradójicamente, nos empeñamos en catalogar el ejercicio como, por ejemplo, ejercicio de capacidad aeróbica, o potencia anaeróbica láctica, o etc. Y ahí es donde discrepo. Vayamos por partes:

En un ejercicio tipo conservación, donde hay una oposición que interviene sobre cada jugador de forma directa, que les obliga a esprintar, a frenar, a presionar durante 40 segundos o a simplemente mantener la posesión del balón con pequeños desmarques o ayudas...

conservacion

¿Cómo puedes respetar durante todo el ejercicio los parámetros fisiológicos que rigen esa orientación de, por ejemplo, la cpacidad aeróbica? o la potencia aeróbica láctica?

Es decir, ¿cómo puedes decir que una conservación de 7 vs 7, en un espacio amplio, se respeta la intensidad de, por ejemplo, el trabajo de Capacidad Aeróbica (65%-90% de la frecuencia cardíaca máxima) durante todo el ejercicio?

Aunque respetes el tiempo (trabajo continuo no inferior a 20'), no podrás garantizar nunca que TODOS los jugadores han estado TODO el tiempo a esa intesidad!! Por tanto, yo no diría que ese ejercicio es para mejorar la capacidad aeróbica, sino que es un ejercicio en el que, probablemente, la mayor parte del tiempo y la mayoría de los jugadores trabajen entre esos parámetros, pero el fútbol es demasiado complejo para afirmar esto!!

Qué pasa con el equipo que a penas ha tenido el balón? ¿Qué pasa con los jugadores del equipo que ha tenido el balón? E incluso, ¿han trabajado igual todos los miembros del mismo equipo?, o es más, ¿si repito el ejercicio otra vez, volverá cada jugador a trabajar igual? ¿estará el jugador a estar el mismo tiempo que ha estado antes a un intervalo de intensidad concreta? y cuando esprinta? y cuando quiere robar? y cuando está lejos del balón? ¿se respeta ahí esa intesidad de trabajo necesaria para trabajar la capacidad aeróbica o cualquier otra que queramos determinar?

La respuesta a todas esas preguntas, para mi, es que no. Cada jugador trabajará de diferente forma en cada ejercicio, en cada repetición, en cada situación de juego, por mucho que queramos controlar todas las variantes fisiológicas!!!

Y, por tanto, a mi modo de ver, afirmar que ese juego de conservación/posesión me ha servido para que mi equipo trabaje la capacidad aeróbica, por ejemplo, es afirmar demasiado, no me atrevería.

¿Qué otras opciones hay?

Los circuitos técnicos parecen una opción bastante más controlable, los juegos de líneas también, las evoluciones, acciones combinadas....son formas de trabajar en las que el control de la carga es bastante más fácil, se controlan mejor las variantes, los tiempos y las intensidades, aunque siguen teniendo carencias.

 

circuito

Pero, la pregunta que me hago ahora es, ¿es mejor trabajar así? o ¿el juego real en forma de conservaciones con oposición real es la mejor forma de trabajar?

Sinceramente, no tengo una respuesta. Y, si la tuviera, empezaría por plantearme una clasificación distinta a la que conocemos de la resistencia, la fuerza y la velocidad. Quizá algún día!

¿Qué opináis?

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